sábado, 12 de marzo de 2011

Ayer me encontré una biblia en un container.

Iba yo tan decidida (es un guiño) cuando de pronto me la encontré. Ese pantocrator mondrianesco era solo el primero de una serie de ilustraciones expresionistas del más pésimo gusto. Incluye frases en negrita, como "Señor, si tu quieres puedes limpiarme" o "Los paralíticos andan".

Una joyita que pasa a formar parte de mi estantería junto al libro de Rappel "Mis vírgenes favoritas".

JESUCRISTO SE APARECE EN LAS MANCHAS DE REGLA QUE DEJABA MI MADRE EN EL COLCHÓN... QUIZÁS ERAN ABORTOS DE LA REENCARNACIÓN DE CRISTO.




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